Eduardo Grecco
Parte 1.
El cuerpo humano no solamente es biología, sino también es psicología, emociones, simbología y espiritual. Estas reflexiones, que se han retomado, no son nuevas, han resurgido en la modernidad, y así surgió un trabajo sobre el cuerpo, que incluye entonces más cosas además del biológico. Se trata de algo vivo, con lenguaje, símbolos e historia, aunque aún hoy en día es una minoría la que acepta esta definición. Sin embargo, ya hay muchos que trabajan sobre el cuerpo manejando las vivencias, pero todavía pocos que manejan la lectura del mismo.
El cuerpo tiene una geografía emocional, y desde su forma hasta todo lo demás que tiene el cuerpo, se carga o se marca por las emociones, y así desde la filogenia hasta la ontogenia son las emociones que van tallando.
Pero ¿qué es una emoción? Hasta hoy en día se parte del viejo concepto de los griegos y se le compara con la alimentación.
A través de la alimentación, la comida que se ingiere pasa por un proceso de transformación, mediante el cual, durante las operaciones digestivas, el cuerpo va sacando los nutrientes. Sin embargo, siempre habrá alimentos que no se asimilen o que no se puedan tomar o que francamente intoxican y nos dañan. Esos alimentos entonces no se van sacando y quedan allí. Y así como una manzana puede nutrir al cuerpo, hay situaciones que nos nutren, y que pasan igualmente por un proceso de transformación y se convierten en experiencias. Pero igual aquí, habrá cosas que nos pasan y que no se viven, y por ende no se aprende de ellos, y que entonces ese suceso no se transformará en experiencia. Esos mismos sucesos, que no fueron transformados y que no se vivieron y de los cuales el individuo no aprendió, se irán repitiendo en su vida. Así lo que se repite es un pendiente que se tiene y que habrá de ser aprendido y vivido por parte de la persona.
La experiencia nos da saber, y así también la sexualidad es una experiencia. Pero los sucesos no transformados no nos nutren y lo que quedó por vivir es una emoción. De allí que las emociones reclaman por ser vividas, y si un cuerpo presenta un síntoma es una señal que hay una emoción no vivida.
Así con saber que síntoma y en dónde aparece en el cuerpo, se podrá saber, que emoción no fue vivida. Existe entonces esa relación entre emociones y partes del cuerpo y así con estudiar la geografía corporal se sabrán las emociones no vividas. Nuestro sistema corporal, con su forma, se constituye a través de lo que se aprende en los vínculos de la vida. La respiración enseña el vínculo del tomar y dar. También las constelaciones familiares se ven representadas en los diferentes órganos, glándulas y vísceras, así sabiendo dónde está el problema, se sabrá con quien se tiene un conflicto por ejemplo el hígado, que podría corresponder al tío “X” resolviendo el conflicto con esa persona, el paciente mejora o viceversa trabajar sobre el órgano también se verá reflejado en el vínculo con la persona. Pero este tipo de relaciones cuerpo y familia son individuales.
Todo lo que a la persona le ha ocurrido en su vida, se va grabando en su cuerpo, así que el cuerpo también es memoria, además de historia y síntomas, y tiene una forma de recordar las situaciones conflictivas o traumáticas.
El cuerpo no olvida, aunque la mente si lo haga, y se va viendo en las posturas, la forma, las simetrías etc, y así el cuerpo va narrando la historia, y así también la enfermedad es una narración, que se une a la narración del paciente con lo que se tiene una visión holística. La enfermedad equivale a los errores de gramática o semánticos en la historia, y es la parte ignorada del paciente, pero que el cuerpo si registró.
En un inicio todas las emociones fueron experiencias corporales, al principio se sienten las emociones, pero es con la educación, que se les inculca a los niños a reprimirlos o a expresarlos a medias, formando entonces personas mediocres emocionales. Así se establece una desconexión con el cuerpo y se va ignorando lo que pasa en el cuerpo. El cuerpo es el eje o el punto donde converge lo que somos. La voz de la sombra habla a través del cuerpo.