La Terapia Floral plantea que no es posible concebir la existencia aislada de padecimientos orgánicos o psíquicos, sino que se debe comprender a la persona enferma como totalidad y que siempre hay en todo padecimiento físico un momento psíquico y viceversa.
La formación del Terapeuta no se reduce exclusivamente en el aprendizaje de los fundamentos de esta disciplina y de su clínica, sino que también incluye el conocimiento del hombre en sus diferentes niveles de integración, así como técnicas para un adecuado diagnóstico y tratamiento de la persona.